Por Ximena Gutiérrez,
Magíster en Didáctica de la Matemática,
Profesora de Educación General Básica,
Profesora de Matemática.
La Didáctica de la Matemática comenzó a desarrollarse en nuestro país aproximadamente en los años noventa. Hoy en día hay varias universidades que presentan programas de postgrado en esta disciplina. Sostenemos que estas expectativas se fundamentan en la sentida necesidad de abordar con mayor precisión los obstáculos que se generan en el aprendizaje de la Matemática, la génesis de aquellos y las formas de enfrentarlos. En este escrito pretendemos destacar brevemente algunos de los elementos que dan marco al posicionamiento de esta disciplina, estamos hablando no de una didáctica general, sino de aquella que está íntimamente ligada a los constructos epistemológicos de la misma Matemática y los hace parte de sus propios procesos de construcción como programa científico.
Si bien la Matemática podría concebirse por algunos como un cuerpo de conocimientos que se ha desarrollado más bien desligado de episodios contradictorios o de las miserias humanas, lejos está esta acepción de su concreto devenir en el tiempo. A modo de ejemplo, la aparición de los primeros fractales a fines del siglo XIX, motivaron expresiones como la de Hermite “Me espanto con horror de la plaga que son las funciones que no tiene derivada”, como señala Eric Goles, en la Matemática también hay drama.
Hoy en día nadie duda de la importancia de aprender Matemática, ahora bien, nuestra postura se acerca a concebir la Matemática como una herramienta fundamental para que el ser humano pueda hacer frente a los fenómenos medioambientales, superar el hambre, formar en ciudadanía y evitar la dominación de acción o pensamiento como efecto de la ignorancia y escasa reflexión crítica.
Como señalamos, es de vital relevancia que la Matemática así concebida, pueda seguir su curso por los mecanismos de transposición didáctica que menciona Yves Chevallard, permitiendo la concreción del saber a enseñar. Sin embargo, no basta solo con que ciertas porciones de esta disciplina, relevadas por las instituciones, lleguen al aula a través del discurso del profesor y textos escolares, pues ello por sí solo no garantiza que tales porciones de conocimiento hayan sido efectivamente aprendidas -construidas- por nuestros estudiantes.
Las modificaciones curriculares, por lo menos dos versiones distintas en menos de 10 años (Ajuste curricular, Bases curriculares) en nuestro país, no hacen menos que poner en evidencia las divergencias sobre qué temáticas considerar y cuáles son los tratamientos didácticos adecuados para su enseñanza. Ejemplo de aquello es la disputa por la incorporación de los Números Complejos en los últimos niveles.
El problema de la enseñanza de la Matemática es sistemático en el tiempo, la necesidad de profundizar seriamente en esta cuestión se puso en el concierto internacional con los trabajos de un gran matemático, Félix Klein quien resaltaba la importancia de la formación inicial de profesores. Muchas de sus premisas siguen rebotando en nuestros tiempos como problemáticas no solucionadas, una de ellas, la dualidad entre el formalismo y lo que denominó como intuición. Puso de relieve además, el desconocimiento de los intereses de la escuela y la escasa conexión entre lo aprendido en la universidad y lo que se debe trabajar en las aulas escolares.
Hoy en día y, en gran medida a partir del desarrollo de la Didáctica de la Matemática, se han puesto a disposición de la sociedad algunos resultados de investigaciones con bases experimentales y teóricas que han marcado a comunidades de especialistas en educación, algunos de ellos provienen de las evaluaciones internacionales. En este sentido pretendemos poner la atención en los esfuerzos y los recursos que se invierten en estos procesos, y la difusa información que está disponible para las instituciones con Formación Inicial Docente sobre disposiciones, habilidades, conocimientos que deben ser abordados con urgencia.
La Didáctica de la Matemática concebida como una disciplina experimental, ha sido capaz de desarrollar y poner a prueba marcos teóricos explícitos, los que han evolucionado a partir de la observación de fenómenos que se producen en la enseñanza, estrechamente ligados a la Matemática misma. Conocer los constructos matemáticos ligados a las temáticas que se incluyen en los currículum escolares, sus bases epistemológicas y todo lo que ello comporta, es parte de lo que la/el didacta conoce para abordar el fenómeno de la enseñanza y sus problemáticas asociadas.
Hace unos años atrás las autoridades hicieron esfuerzos para que las universidades modificaran sus mallas en pos de otorgar menciones a profesores básicos generalistas. Hoy en días el énfasis está puesto en mejorar la calidad desde la formación inicial, sin embargo no se observan orientaciones claras sobre la necesaria interlocución entre matemáticos y didactas en Matemática, ni entre instituciones, para evaluar dicha formación en consistencia con los supuestos distintivos que inspiran a dichas instituciones.
Poseemos la fuerte convicción de que la Didáctica de la Matemática no solo puede darnos mejores respuestas para el problema de la enseñanza de la Matemática, sino también configurar preguntas más certeras en torno a la observación del proceso en que se pone a prueba el sistema didáctico fundamental: saber; docente; estudiante.
También pensamos que esta es una tarea inter y transdisciplinaria llamada a proponer, experimentar, teorizar levantar evidencias y reflexionar sobre los fenómenos que se presentan en el proceso de enseñanza y aprendizaje y cómo abordarlos.
Bibliografía
Chevallard, Y. (1991). La transposition didactique, du savoir savant au savoir enseigné. Paris: La Pensée Sauvage.
Goles, E. (2018). Las matemáticas como un asunto de fe. The Clinique online. Recuperado de: http://www.theclinic.cl/2018/08/02/eric-goles-las-matematicas-asunto-fe/
Hermite, Ch. (1893). Correspondance d'Hermite et Stieltjes. Paris: Gauthier-Villars.
Klein, F. (1924). Elementary Mathematics: from an advanced standpoint: aritmetic, algebra, analysis. New York: Dover.
