Artículo de Alba Calderón

Primeramente, quiero agradecer por la apertura que se nos brindó a un grupo de docentes salvadoreños para participar de la pasantía e intercambio profesional docente con los colegas de Chile el pasado mes de junio, a través del Proyecto INTERCAMBIO DE EXPERIENCIAS PEDAGÓGICAS ENTRE EL SALVADOR Y CHILE PARA FORTALECER LA FORMACIÓN CIUDADANA Y LA CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA, implementado por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, a través de SABERES DOCENTES, Centro de Estudios y Desarrollo de Educación Continua para el Magisterio y de la plataforma EduAbierta del Programa Transversal de Educación de la Universidad de Chile, en estrecha colaboración con el MINED.

Esta oportunidad nos permitió efectuar una expedición pedagógica y vivenciar las experiencias chilenas, reunirnos con Petra Albütz, consultora en materia de políticas para el desarrollo, quien da seguimiento al programa, realizamos estudio de casos basados en la experiencia cotidiana de nuestras escuelas, un taller de narrativa docente, donde nos conectamos con acontecimientos diacrónicos y sincrónicos de nuestra memoria y conocimos la importancia de la bitácora pedagógica.

Compartimos experiencias de cómo ha venido evolucionando la política educativa en Chile y tuvimos la oportunidad de conocer el archivo central de la universidad. Una joya arquitectónica que encierra mucha historia y conocimiento. Así mismo, un recorrido por una sala de memoria llamada “El momento constituyente” que recoge variedad de documentos importantes de la dictadura militar que sufrió Chile.

Por otra parte, hubo un intercambio de experiencias con el gremio docente del Colegio de Profesores de Chile, el Liceo Bicentenario donde pudimos conocer el funcionamiento de la Corporación Municipal de Valparaíso quienes administran los establecimientos educativos municipales a través de CORMUVAL. Otra experiencia importante, fue la visita al Centro Escolar República de El Salvador. Todas estas actividades han servido para reflexionar acerca de cómo enseñar ciudadanía de manera práctica a nuestros estudiantes, la necesidad de establecer la relación entre escuela y su universo, que sirva al niño, niña y jóvenes como habilidades para la vida. Tenemos mucho que aprender en la sistematización de experiencias, ya que hacemos muchas cosas y pocas veces registramos lo que hacemos.

Participamos del Seminario internacional de Educación, Ciudadanía y Cooperación Sur-Sur, donde tuvimos la oportunidad de escuchar las plenarias de académicos de la Universidad de Chile, miembros de PNUD, Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID) Fondo Chile, experiencias docentes de Chile y El Salvador. En una de las ponencias el embajador de El Salvador en Chile expresó: “…El sistema educativo chileno es considerado el mejor de América Latina, Chile es nuestro hermano mayor, en cuanto a educación se refiere, tenemos mucho que aprender de ustedes…”  

Como grupo de pasantes consideramos que se puede apostar a generar una réplica del Diplomado de manera virtual y presencial para otros docentes, y que esto contribuya al proceso de capacitación en las áreas de formación ciudadana y convivencia, con la implementación de metodologías pedagógicas innovadoras de las que hemos hecho uso, todo como fin último nuestra niñez y juventud. Ya se realizó alguna transferencia tecnológica con uno de los ingenieros del MINED, encargado de montar la plataforma en nuestro país para implementar los cursos de formación ciudadana e impartirse en las escuelas de El Salvador.  

Por otra parte, también tuvimos la experiencia de visitar la comuna de La Pintana, donde se desarrolla el Programa Tregua de Fundación Gesta. Ahí se practica la Formación Ciudadana en contexto de riesgo social y violencia territorial a partir de espacios no formales de Formación Ciudadana, que busca que los estudiantes sean capaces de aplicar su conocimiento a situaciones de la vida real y por lo tanto estén equipados para participar plenamente en la sociedad, algo que tiene que ver mucho con nuestra realidad salvadoreña. También tuvimos un encuentro con la Red de ONG´S Infancia, instituciones que abordan las políticas públicas referidas a la protección de la infancia desde un enfoque de derecho.

Finalmente visitamos el Museo de Memoria donde hay mucho que aprender sobre proyectos de educación en DD.HH y reconocer que en nuestro país nos hace falta un museo dedicado especialmente a la memoria, donde se cree un espacio para reconocer el derecho de todas las victimas que sufrieron vejaciones a sus derechos humanos. También, nos venimos con una valiosa bibliografía de Jaime Ferro “La ciudanía y sus límites” que servirá mucho para nuestro quehacer educativo.

Espero que continuemos estrechando lazos entre ambos países, trabajando conjuntamente y desearles éxitos en el marco de una educación de calidad y además, sigan abriendo sus puertas a otros colegas que, como nosotros, nos sentimos orgullosos y muy agradecidos por haber formado parte de esta maravillosa experiencia formativa.

 

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