Como es sabido, la evaluación no solo nos entrega información valiosa sobre los aprendizajes de cada estudiante, sino que también nos permite construir un panorama de los aprendizajes del conjunto del curso. Esta información nos desafía como docentes respecto de cuán apropiadas y suficientes fueron las actividades realizadas para los objetivos que nos habíamos propuesto y también nos invita a reflexionar sobre lo que viene por delante, al considerar cada hito evaluativo como un diagnóstico sobre el cual construir los siguientes aprendizajes. Desde esta perspectiva, la evaluación formativa entiende al aprendizaje y a la enseñanza como procesos interconectados que se retroalimentan a partir de la información provista por la evaluación y, si bien esto se enuncia reiteradamente en la bibliografía sobre evaluación formativa, la retroalimentación de la enseñanza suele quedar en el tintero o es menos abordada. Por ello queremos complementar el recurso 7 dirigido a la retroalimentación a las alumnas y los alumnos, abordando en este recurso la retroalimentación de la enseñanza. Esta retroalimentación es clave, ya que la tercera pregunta de la evaluación formativa: ¿cómo llego allí? (Wiliam, 2009, p. 30), no debe transferir toda la responsabilidad a las y los estudiantes, por el contrario, debe contestarse desde la perspectiva del docente y la planificación a partir de preguntas que materializan el apoyo a los y las estudiantes: ¿cómo voy a ayudar a mis estudiantes a avanzar? ¿Qué objetivos propondré o trabajaré en la siguiente clase, en la siguiente unidad, en el siguiente semestre, para que mis estudiantes avancen en tales y cuales capacidades y comprensiones? ¿Qué apoyos voy y vamos a brindar a quienes presentan alguna necesidad específica?