Mentoría a directores nuevos: cinco claves para un proceso de formación de pares

La experiencia y el estudio de la educación continua han generado un creciente consenso respecto a lo relevante que es que esta ocurra en un contexto “situado”. Esto dado que se considera que los procesos formativos son más significativos y efectivos cuando las expectativas de aprendizaje se vinculan o tienen en cuenta el contexto y las características de quienes participan en ellos.

La necesidad de avanzar hacia una educación continua situada es un gran desafío tanto para los actores educativos como para las instituciones que entregan formación. Sin embargo, ya se han dado importantes pasos para avanzar en esa materia de manera de propiciar el desarrollo de procesos formativos más atingentes a la realidad de los actores educativos.

La creciente relevancia de la formación continua situada genera la necesidad de analizar también quiénes son los/as que participan de un proceso educativo de estas características. Ciertamente, la formación situada requiere de la generación y el desarrollo de comunidades de aprendizaje profesional en la que pares aprendan entre sí y generen conocimiento relevante en conjunto para mejorar sus propias prácticas.