La palabra “sabiduría” tiende a relacionarse espontáneamente con la idea de erudición. Solo pocas y especiales personas parecen desde esta perspectiva ser sabias. Incluso, en ocasiones, se les representa como en la cima de una montaña, solitario/a, lejos del mundanal ruido.
La representación descrita suele afectarnos en que no nos reconozcamos como personas poseedoras y creadoras de uno o de varios saberes. Todos y todas hemos desarrollado conocimientos, habilidades y experiencias que nos permiten desenvolvernos en nuestra vida y en nuestros espacios de trabajo. Estos saberes, además, se complementan y potencian con los de las personas con quienes convivimos y trabajamos.
Las instituciones educativas son espacios en que se genera permanentemente conocimiento. Sin embargo, en oportunidades éste no se aprovecha del todo para enfrentar los desafíos que se presentan día a día a nuestras tareas. ¿Cuántas veces le ha ocurrido que no sabe cómo responder a un determinado problema y sin quererlo se topa con algún colega que también ha vivido dicha situación, pero ya le ha encontrado solución? Esta situación refleja la relevancia que tiene la colaboración en nuestro trabajo y los importantes aportes que éste nos prestaría -tanto de manera individual como colectiva- si la tuviéramos en consideración de manera permanente, entendiéndola como una práctica institucional.
Tanto la representación del saber como un atributo de “iluminados/as” como la falta de colaboración son dificultades que están instaladas en las distintas esferas de nuestra sociedad. Ambas dan cuenta de un puente cortado: pareciera que el conocimiento va por un lado y quienes lo requerimos vamos por otro camino. Esta situación es francamente absurda, dado que los saberes cumplen parte de su finalidad cuando pueden ser comprendidos y/o utilizados por quienes los requieren.
En el mundo de la educación hay diferentes fenómenos que dan cuenta del problema descrito. A continuación destacaremos dos. En Chile se realiza cada vez más y mejor investigación educativa, pero ello no ha logrado desarmar la representación de que los/as académicos/as “no tienen los pies puestos sobre la tierra” o que “otra cosa es con guitarra”, figuras que describen la idea de que la investigación no tiene que ver con la realidad. Esto no es así, ya que hay muchos investigadores, investigadoras y profesionales que trabajan insertos en el sistema educativo y generan mucho conocimiento valioso. Sin embargo, en muchas oportunidades éste no es conocido o recibido por un amplio número de personas.
Otro fenómeno: las instituciones y el propio sistema educativo tienden a no reconocer el poder de los saberes de los actores educativos, respecto de la comprensión y las acciones necesarias para conducir mejores procesos de enseñanza y aprendizaje o potenciar el logro de los principales objetivos de los establecimientos. Se ha generado equivocadamente la idea de que las comunidades educativas y sus diferentes estamentos son meros implementadores de un conocimiento y directrices desarrolladas por expertos que tienen respuestas frente a todos los procesos y prácticas que ocurren en las instituciones escolares.
En ambos casos, todos/as pierden. Por un lado no se logra sacar provecho a la investigación. Por el otro, no se reconoce la reflexión y la experiencia de las propias comunidades como un saber indispensable e irreemplazable para el cumplimiento de los propósitos más importantes de la educación.
¿Qué podemos hacer al respecto? Surgen múltiples formas de enfrentar este problema. Aquí presentamos una: compartamos nuestro conocimiento con los demás, construyamos esos puentes cortados de manera de producir colaborativamente los diferentes saberes que requerimos para desarrollar mejores procesos educativos.
Saberes Docentes tiene la firme convicción del invaluable aporte que tiene esta visión sobre los saberes y la colaboración. Por esta razón, se elaboraron importantes aportes que se han compartido de manera abierta con la sociedad en general y las comunidades educativas, en particular:
Le invitamos a revisar los recursos mencionados en nuestro sitio web y sobre todo a generar y compartir sus saberes en su comunidad, ayudando a construir colectivamente los puentes que requerimos para generar los conocimientos y prácticas que necesitamos en nuestras labores cotidianas.