Artículo de José Argueta Rivera

La pasantía de docentes: “Intercambio de Experiencias Pedagógicas entre El Salvador y Chile para fortalecer la Formación Ciudadana y la Convivencia Democrática”, se dio en el contexto del Plan Nacional de Formación de Docentes en Servicio en el Sector Público 2015-2019 y en el marco de la realización del diplomado con la Universidad de Chile “Educación y Democracia: Formación Ciudadana para la Escuela de Hoy”.

Una experiencia sin duda formidable y muy enriquecedora, pues permitió el intercambio de experiencias entre docentes, colegas, iguales, soñadores y comprometidos con la mejora educativa y con la formación ciudadana de las niñas, niños y adolescentes de su país.

Una formación ciudadana que busca trascender, ir más allá de la mera formalidad de una ciudadanía concebida como estatus, es decir, un reconocimiento jurídico que le es conferido a la persona por el Estado. En este sentido podemos decir que esta manera de ver la ciudadanía resulta en un ejercicio pasivo de la misma, entendida como la entrega de derechos del Estado al individuo, garantizando de esta manera su libre determinación.

Por otra parte, el concepto de ciudadanía al que se le está tratando de apostar, es una ciudadanía activa, entendida como práctica política, en donde el ciudadano es aquella persona que posee derechos, pero derechos que son adquiridos en función de la sociedad a la que se pertenece, relacionados con la identidad y el sentido de pertenencia, que debe conducir a una práctica activa en el ámbito público.  

Principales aprendizajes

  • Nos permitió conocer experiencias pedagógicas innovadoras en materia de formación ciudadana, en donde fue importante el intercambio generado. De estas, quiero resaltar la experiencia compartida por la Corporación Municipal de Valparaíso. En este caso, surgió una organización ciudadana conformada por docentes y que poco a poco fue involucrando a la comunidad educativa. Siendo de esta manera como hoy en día están desarrollando un programa de mejora educativa. Esto resulta ser una lección de ciudadanía invaluable, ya que en la práctica nos mostraron que hacer las cosas bien en educación no depende solamente de las personas que están al frente de las instituciones, sino que es posible por medio de la puesta en acción de los sueños de unos cuantos soñadores, ir construyendo aquellas realidades que queremos. 
  • Siempre en Valparaíso y vinculado al proceso antes mencionado, quiero hacer referencia a la visita a la Escuela República de El Salvador, en donde por cierto fuimos muy bien recibidos y nos sentimos como en casa. Resulta que me llama la atención que en esta escuela están realizando por medio de su práctica, la ampliación de la forma de comprender los actores de la comunidad educativa, abriendo las puertas a la comunidad, a todas las personas residentes, a las distintas instituciones, tratando de ir creando una vinculación e involucramiento de estos actores con la actividad educativa de esta escuela. Llama también la atención que estos esfuerzos están haciendo posible la existencia de un centro comunitario de formación laboral, que actúa como verdadero promotor de desarrollo en la comunidad.
  • Por medio de la visita al Instituto Regional de Adultos, caracterizado por el desarrollo de formación ciudadana por medio de la metodología de proyectos, aprendimos que cuando los procesos educativos están centrados en los y las estudiantes y existe un verdadero compromiso con su formación y preparación para la vida, los resultados positivos no se hacen esperar. Fue muy satisfactorio y motivacional escuchar la experiencia de este centro educativo y percibirlo por medio del ambiente que reflejaba una educación muy vinculada a la práctica concreta de valores ciudadanos.
  • Visitando la sede del Programa Comunitario Tregua de la fundación GESTA (organización sin fines de lucro, creada en el año 1997 por la Congregación de los Hermanos Maristas de Chile, para promover y garantizar los Derechos de los niños, niñas y adolescentes). Aprendimos que es un contexto más o menos semejante a la realidad que se vive en nuestro país con respecto a las pandillas juveniles; pero que es algo muy incipiente en estos momentos. También hemos aprendido que, en ambientes o contextos de riesgo social, funcionan estrategias formativas no formales como el uso de la música y el baile, el circo, la creación de bibliotecas comunitarias, entre otras.
  • La experiencia nos permitió establecer un marco comparativo entre la realidad chilena y la nuestra, y al menos desde las experiencias compartidas podemos mencionar que en Chile no se tienen los niveles de violencia que se registran en El Salvador, pero a nivel educativo, tienen que lidiar con un sistema de educación privatizado y segregado. Es interesante ver en este campo el deseo de avanzar hacia la reconstrucción y el establecimiento  de la educación pública, gratuita y de calidad. A nivel de reconocimiento de los derechos de las niñas, niños y adolescentes en el ámbito legal, aún no se cuenta con una ley como la LEPINA en nuestro país. De esto aprendimos que con esta pasantía nuestros hermanos chilenos, no han querido darnos, ni mucho menos imponernos una receta que actúe como panacea; sino más bien, mostrarnos su camino recorrido e invitarnos a hacer camino juntos y de la mano, como dos países soñadores de nuestra gran Latinoamérica.  
  • Al visitar el Museo de la Memoria aprendimos que, en esta materia, tenemos una historia que nos une y nos hace identificarnos mutuamente, compartimos una historia marcada por las dictaduras militares y la consecuente violación de derechos humanos que estos procesos han significado en nuestros países, nos une también el deseo de perpetuar la memoria desde el ámbito educativo, para que hechos similares no vuelvan a suceder.
  • Finalmente, no quiero dejar de mencionar, que aprendimos una palabra, esta es “Disueño”, una palabra con un alto contenido revolucionario, pues invita al diseño de nuestros sueños, a diseñar el país y la educación que queremos. Desde esta realidad, nos damos cuenta, que todo es posible.   

Posibilidades de contextualización en El Salvador

En cuanto a las posibilidades de aplicación contextualizada de las experiencias en nuestro país, considero que no solo es posible, sino altamente necesario y urgente. Puesto que nuestra sociedad sufre elevados niveles de violencia, criminalidad y miedo que restringen e impiden el ejercicio de una ciudadanía activa, afectando la vida y la convivencia armónica de las personas, sobre todo, de las poblaciones históricamente marginadas y excluidas, limitando sus opciones de desarrollo y erosionando el Estado de Derecho y la democracia, como muy bien lo señala el Plan El Salvador Seguro. Obligando a una gran cantidad de compatriotas a abandonar este país y buscar la realización de sus sueños en el exterior.

¡Indiscutiblemente un país seguro y altamente educado es posible y necesario!

 

Compartir:
https://uchile.cl/p147450
Copiar