Artículo de José Reyes Angel

La Bitácora Pedagógica es una herramienta que sirve para sistematizar los saberes docentes desde el contexto de las comunidades educativas, y su objetivo es invitar a estas a escribir sus vivencias para que las conviertan en experiencias  y las compartan con las demás comunidades, práctica que se está implementando con el estudiantado de Tercer Ciclo del Complejo Educativo Colonia San Felipe, Cantón San Bartolo, Municipio de Ilopango. La expedición pedagógica es una oportunidad para viajar en el tiempo y en el espacio, para conocer las entrañas de la comunidad. Con la cartografía pedagógica se consigue una radiografía de la realidad en el contexto; esta práctica nació en el norte de Chile, en la Universidad de La Serena con el profesor Carlos Calvo.

Todo profesor tiene el derecho político y epistemológico de hablar de educación para construir saberes de manera colectiva, destruyendo y construyendo paradigmas. La bitácora nos debe llevar a buscar el reconocimiento de la experiencia para dejarla escrita y hacerla transferible contando cuentos reales de nuestros contextos.

La metáfora de inyección es la primera dimensión biográfica para la construcción de narrativa, sin negar que en nuestro sistema educativo nacional antes de ser productores somos consumidores de información y conocimientos, no tenemos la costumbre de sistematizar las experiencias significativas lo cual con el tiempo se ha convertido en una deficiencia histórica de la escuela salvadoreña, la cual necesita replantearse para el futuro de corto y largo alcance.

La segunda dimensión es la metáfora de reconstrucción, en la cual el profesorado y las comunidades educativas debemos caminar para despojarnos del síndrome fatalista y convertirnos en sujetos históricos, constructores y productores de conocimiento para lo cual el Movimiento Pedagógico Salvadoreño debe jugar un papel protagónico.

Desde la metáfora de reconstrucción los saberes docentes contextualizados en primera instancia deben tener como base el dialogismo, entendido este como el encuentro entre vivencias dentro de nuestro contexto,  donde vivimos a diario la realidad de cruces entre todos los sujetos de la comunidad, es una oportunidad para sincerarnos sobre ¿cuáles son nuestros recuerdos, silencios, olvidos, testimonios, memorias, nuestra manera de dar la cara a la comunidad, nuestro compromiso en términos éticos y morales, nuestra capacidad de indignarnos ante las injusticias, la desesperanza generada por el síndrome de indolencia que es fatalista, la resistencia de los jóvenes ante las normas que los lleva a combatir y resistir desarrollando la subversión desde el oficio de ser alumnos, la guerra pandilleril que ejerce un poder territorial y militar, ya que son el sustento para el poder económico generado por la extorsión, la distribución de la droga, la venta de armas y el secuestro; la adicción a las redes sociales y el uso irresponsable de estas, el ritual de cortarse brazos y piernas con gillette, el consumo de drogas, la desintegración familiar, la violencia intrafamiliar, el embarazo precoz?; son temas de discusión para el estudiantado del Complejo Educativo Colonia San Felipe desde los ámbitos de la familia, la escuela y la comunidad.

En segunda instancia están las experiencias, entendidas como un constructo de toma de conciencia para construir huellas, rastros, evidencias de nuestros encuentros en la comunidad con el compromiso de trascender a la acción política y así trabajar en la transformación de nuestros entornos, lo cual implica un tremendo compromiso y convicción porque hay que dejar nuestra zona de confort e ir al encuentro comunitario, lo cual no es sencillo porque hay que respetar y tolerar la heterogeneidad.

En un tercer momento debemos construir y encontrarnos con las comunidades de sostén, la comunidad debe convertirse en la base no para criticar al compañero, sino para apoyarlo, sostenerlo, con la intención de buscarle  sentido a las vivencias de la gente, la construcción de cultura de paz y la formación ciudadana desde la materia Moral, Urbanidad y Cívica son parte del proceso que nos ayudará a superar las hostilidades en la escuela salvadoreña.

En un cuarto momento debemos construir la comunidad de profesores escritores, todos en un frente unido investigando y sistematizando saberes docentes, con la intención de crear vínculos, confianza, seguridad, empatía, ley de atracción. No en vano ha llegado en este momento el Proyecto Formulación de Propuestas Técnicas para la Toma de Decisiones en Procesos Estratégicos del Sistema Educativo Nacional, que se está desarrollando en consultoría entre el Ministerio de Educación y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, con la contratación de especialistas certificados ante el Plan Nacional de Formación de Especialistas, la fundación del Instituto Nacional de Formación Docente y el Centro Nacional de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades. En la medida en que vayamos conociendo las entrañas de nuestras comunidades educativas, vamos a tener la capacidad de respetar los códigos y normas mínimas de los contextos.

Como último punto tenemos el disueño, comprendido como la forma de diseñar sueños de la escuela y la comunidad educativa que queremos, sueños de transformación. Ya no debemos vivir apáticos ante las injusticias y la violencia estructural que es la madre de todas las violencias, no podemos seguir sordos y mudos ante las desigualdades sociales provocadas por la injusta distribución de la riqueza, las cuales tienen un constructo histórico de largo aliento.

No quiero despedirme sin antes dar gracias al Ministerio de Educación por estos procesos inéditos de formación continua, a la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile por haberme dado la oportunidad de esta expedición internacional, y para cerrar esta participación quiero citar lo que dijo Paulo Freire sobre la estructura dominante subrayando que “la dominación también es cultural; ella vive en la conciencia de los oprimidos (“conciencia hospedadora de opresión”), convirtiendo la cultura del pueblo en una cultura de silencio que conlleva al fatalismo y determinismo e imposibilita la organización del pueblo y su acción transformadora”.

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